SAN JOSE EL VIEJO

Su construcción se debió a la falta de un lugar para venerar la imagen de San José, realizada por el escultor antigüeño Alonso de Paz. Se construyó inicialmente una modesta capilla, la cual al no contar con la licencia del rey Felipe V, fue clausurada. Años después, otorgado el permiso, se continuó con la construcción del templo que ahora se aprecia, el cual fue terminado en 1,761. Dos años más tarde se celebró allí la festividad de San José, agregándole El Viejo para diferenciarla de la Parroquia de San José, con sede en el vestíbulo de lo que antes fuera la Catedral de Santiago.
Su fachada es tradicional, de frente alto entre dos torres gemelas que sostienen a los campanarios. Posee columnas con detalles circulares, mas no en espiral como las columnas salomónicas. Sus retablos fueron minuciosos y de alto valor artístico. La lucha por mantener este templo como lugar de fe para los fieles del barrio encuentra su fin luego que, tras los seísmos de 1773, las monjas carmelitas usaran sus espacios para el trabajo de pieles, lo cual no era ni la sombra de la finalidad inicial de la construcción, y tampoco fue el último uso poco noble que se le dio a la edificación. Sus estructuras quedaron en calidad de ruinas y en 1990 se iniciaron los trabajos de restauración para devolverle vistosidad y la dignidad del antiguo templo que inicialmente fue.